Nos enseñaba a rezar
"Rezábamos el rosario, viéndola a Ella; y Ella rezaba con nosotros para enseñarnos a rezarle bien".
Habría que haber oído a la Virgen recitando con las pequeñas el Padrenuestro y el gloria al Padre... Entonces todo su ser era oración: de amor, de alabanza, de súplica. Pero también recitaba con ellas el Avemaría, y entonces su rezar no era un ejercicio de oración, sino de adoctrinamiento, según nos dice Conchita. las cuatro, como todos lo demás niños, se habían malamente acostumbrado a rezar deprisa, con mala pronunciación, y casi de un modo mecánico: había que hacerles ver que no es así como debe hablar con el cielo. Posteriormente, cuando ya las niñas tenían aprendida la lección, la celestial Aparecida sólo las acompañaba en el rezo del Gloria.
La Virgen nos enseñó a rezar la letanía, y los misterios del rosario que no los sabíamos. ella sólo rezaba el gloria; si empezó con los otros rezos, fue para enseñarnos.